Alhambra, Dobla de Oro y más. Granada



La Alhambra de Granada es un espectáculo en sí mismo, vista desde fuera, por su privilegiada situación en las alturas de una colina, flanqueada de bosques y mirando desafiante a Granada.

Concebida como zona militar al principio, la Alhambra pasa a ser residencia real y de la corte de Granada, a mediados del s XIII, tras el establecimiento del reino nazarí y la construcción del primer palacio, por el rey fundador Mohammed ibn Yusuf ben Nasr, más conocido por Alhamar.


Foto: alhambra-patronato.es


La ciudad donde está aporta parte de esta belleza simplemente por enmarcarla entre la belleza de las casas blancas del Albaicín, el pequeño río Darro, y, por qué no decirlo, las famosas tapas que ayudan a verlo todo con mejores ojos.

Nos centraremos en definir el conjunto de la Alhambra a grandes rasgos esquemáticos.

Conviene comprar la entrada a la Alhambra online una semana antes. Para evitar fraudes se une a la entrada o ticket el pasaporte o DNI, es decir, que nadie puede mantener su privacidad al visitar esta atracción. Si no hay entradas para el día que se quiere ir, incluso para el mismo día que se hace la búsqueda, suele haber entradas libres de vez en cuando, la técnica es refrescar la página constantemente hasta que se vea una libre (cansa pero es efectivo).

El ticket se puede comprar aquí, ojo, hay decenas de páginas que venden el ticket (posiblemente con recargo) si se busca "tickets Alhambra". La única oficial es la del patronato. La tarifa estándar es 14 euros, lo que es un buen precio para todo lo que se ve:

- Palacios Nazaríes.

- Alcazaba

- Generalife

- Jardines generalife

También existe la posibilidad por 5 euros de visitar 4 edificios monumentales en la ciudad de Granada, se llaman Dobla de oro.

Gratuitos son:

- Palacio de Carlos V

- La medina con:

    - Iglesia de Santa maría de la Alhambra

    - Baños de la Mezquita

    - Convento de S. Francisco, ahora parador. Isabel la Católica estuvo enterrada aquí.


Palacio de Carlos V

Uno de los impactos más fuertes es ver la mezcla de construcciones de un estilo mezcladas con las de otro. En el caso del palacio de Carlos V, su arquitecto, Pedro Machuca, fué a romper con los edificios colindantes y con la forma de crear edificios de la época.



Rompió con los palacios nazaríes colindantes literalmente, parte de uno de ellos, el de Comares, se derribó para crear el palacio de Carlos V. La idea no era destruir la belleza del entorno sino dejar su impronta. Al igual que los gobernantes musulmanes iban llegando al poder y creaban sus propias obras, en ocasiones eliminando las anteriores (como en el caso de la Torre de Comares), el rey cristiano hizo lo mismo.


Vista del palacio de Comares 
desde el palacio de Carlos V


El resultado es una mezcla como en la mezquita de Córdoba, donde en el interior se construyó una catedral. Aquí más que elementos religiosos son palaciegos. 

Fue la genialidad de Machuca la que permitió romper con la moda arquitectónica del momento. En una época en la que España se encontraba en el "plateresco", que como a muchos estudiosos les gusta decir, es el periodo entre el Gótico y el Renacimiento. Machuca se olvida de trabajar las fachadas como si fuera plata (de ahí lo de plateresco), usando un estilo que acababa de surgir: el "manierismo". El edificio tiene una planta exterior cuadrada con un patio circular interior. Una moderna "plaza de toros" cuya forma no se había visto nunca antes.



Alcazaba

Fue lo primero que se construyó, con una torre de la Vela que es la principal, y otra torre de las Armas, que era la primera y única entrada inicialmente construida.



Dentro de los muros de la Alcazaba encontramos los restos de viviendas de lo que inicialmente era un pequeño poblado, y que posteriormente pasó a ser viviendas para los soldados.


Los palacios Nazaríes

Los palacios Nazaríes son 3 + 1: Mexuar, Comares y de los Leones + El Partal (privado hasta hace poco).



La disposición de los palacios parece estar puesta sin un orden aparente, según el profesor  Juan Jose Pleguezuelos, es debido a la forma de ser de las tribus nómadas del desierto de Arabia, donde se van poniendo tiendas según van quedando espacio. También la sobriedad, incluso fealdad de los palacios en su parte exterior, contrasta con la belleza extrema y el mimo con el que se han tratado los interiores, al igual que una tienda por fuera no expresa nada, dejando sorprenderse al entrar al interior. 



Es el único monumento al que hay que llegar a una hora precisa. Oficialmente no puedes llegar tarde, aunque hay un margen de 60 minutos, dentro de los cuales uno puede llevarse una pequeña reprimenda pero dejan pasar. Entrar antes de la hora es imposible.



Lo primero que sorprende es ver el escudo del reino de España y la corona en el primer palacio al que se entra, el de Mexuar. Carlos V pasó aquí su luna de miel tras casarse en Sevilla con Isabel de Portugal. Tras los temblores por un terremoto decidieron bajar a un convento de Granada y continuar su luna de miel.




El palacio de Comares tiene la famosa torre del mismo nombre, donde se encuentra la sala del trono. La decoración utiliza elementos naturales, geométricos o escritura. Esta sala es sin duda la más famosa de la Alhambra.





El palacio de los Leones muestra que a veces los musulmanes se saltaban su premisa de no recrear figuras humanas o animales, creando lo que son 12 leones que expulsan agua, que termina en 4 canales que representan los 4 ríos del paraíso para los musulmanes.




El Partal es un palacio que fue privado hasta el siglo XX y que no conserva grandes elementos espectaculares, aunque con unas vistas asombrosas.




El Generalife

Este edificio está un poco alejado del resto, se llega a él tras los jardines, que son de por sí una atracción. El trabajo de los cuidadores del parque es encomiable, por eso, una vez más, 14 euros por todo lo que se vé y lo cuidado que está, no es en absoluto un precio elevado.




Aquí los gobernantes pasaban buenos ratos, siendo su lugar de esparcimiento. También tenían unas huertas en la ladera que hacían ser autosuficiente a la Alhambra, en caso de asedio en alguna de sus murallas. De hecho hay al menos tres, una alrededor de la Alcazaba, luego de la Alhambra, y una exterior de 1,7 km que rodea la ciudad de Granada.



Dobla de oro

La visita perfecta se completa con la Dobla de oro (moneda acuñada durante el reino Nazarí)


- Bañuelo

El Hammam al-Yawza o Baño del Nogal es conocido desde finales del siglo XIX con el diminutivo de Bañuelo por ser de menor tamaño que los baños reales de la Alhambra.

Tradicionalmente se ha datado en el siglo XI, en la etapa zirí. Para L. Torres Balbás la construcción del Bañuelo se enmarca en una segunda etapa constructiva de la dinastía zirí, correspondiente a los reinados de Badis y de Abd Allah (1038-1090), caracterizada por el uso del tapial hormigonado.




Pero para otros investigadores el Bañuelo se edificó en el siglo XII, pues la técnica constructiva empleada: tapial hormigonado y ladrillo conformando machones y refuerzos en los vanos, remiten a dicha centuria, a pesar de que sus estudios se centran en Murcia. Para L. Seco de Lucena Paredes el Bañuelo se construyó en época del rey zirí Badis y se integraba en el límite oriental del barrio de la qawraya castrense, que quedaba intramuros de la al-Qasaba al-Qadima o Alcazaba Vieja.

- Palacio de Dar al-Horra
Fue llamado así por haber sido la residencia oficial de Aixa la-Horra, mujer de Muley Hacén y madre del último emir granadino, Boabdil.
Tras la conquista fue cedido por los Reyes Católicos a Hernando de Zafra quien lo convirtió en su residencia. En Dar al-Horra se firmaron en 1493 diversos acuerdos con la nobleza mudéjar granadina a la que se convenció para que pasara con su depuesto emir a Marruecos.
Zafra intentó instalar desde 1493 en este edificio y otros adyacentes, un convento de monjas dominicas, aunque no lo consiguió, al ser convertido finalmente por la reina Isabel en convento franciscano, habitado desde 1507, y hasta hoy, por clarisas.
El edificio está centrado por un patio rectangular con una pequeña alberca desplazada al lateral sur, con pórticos en los laterales norte y sur. Al monasterio de clausura, ha conseguido mantener sus antiguas formas musulmanas y parte de su antigua decoración nazarí intacta. Las inscripciones labradas en las yeserías del mirador refuerzan el carácter privado de la casa con palabras y frases de celebración como «Bendición», «Felicidad», «La salud es perpetua» y «La dicha continua».
Las habitaciones principales, con altos techos, están tras las arcadas del patio. La del lateral sur fue usada como iglesia del monasterio hasta que se construyó la iglesia actual de Santa Isabel la Real.


El piso alto conserva el sabor de las casas musulmanas y disfruta de magnificas vistas sobre el barrio de la Axarea, con su mezquita devenida en iglesia de San Cristóbal y la muralla zirí.
Su pequeña huerta es regada con agua de la acequia de Aynadanar, proveniente del gran Aljibe del Rey, sito en sus cercanías, llegando a ella a través del llamado Arco de las Monjas. El actual parque público, llamado Huerto de Carlos, fue parte de la huerta conventual hasta las expropiaciones decimonónicas.




- Corral del Carbón (Gratis)

Tras la reconquista, en 1494, los Reyes Católicos nombraron a Juan de Arana su lugarteniente, cediéndoselo en propiedad en 1500. A su muerte, sin herederos, en 1531, la alhóndiga fue vendida en pública subasta, pasando a ser corral de comedias.
En el siglo XVII fue también corral de vecinos, usándose las habitaciones de la planta baja como almacén para el carbón, de donde le sobrevino el nombre actual.  En 1887 fue declarado Monumento Nacional, salvándose milagrosamente de la especulación. Por entonces el Corral del Carbón era una casa habitada por 36 familias.En el primer tercio del siglo XX, Leopoldo Torres Balbás la adquirió por 128.000 pesetas provenientes de la venta de billetes de la Alhambra, restaurándolo entre 1929 y 1931.Al Corral del Carbón se accede por una única puerta que imita la de los iwanes orientales, con un gran arco de herradura aguda de ladrillo festoneado, con albanegas de atauriques tallados en yeso. La puerta la preside la sura 112 del Corán “Dios es único, Dios es eterno, no engendró ni fue engendrado, ni tiene compañero alguno” y tiene dos ventanas geminadas, una en el piso primero y otra en el alto, siendo coronada por un bello alero con gran vuelo sostenido por canecillos inclinados hacia arriba.

Tras la portada, el zaguán, que ocupa el espacio de los dos primeros pisos, tiene un bello techo de mocárabes y dos arcos ciegos a ambos lados, con asientos. El interior de la alhóndiga, centrado en un gran patio casi cuadrado con pilar, estaba dividido en tres pisos, el bajo para las mercancías y animales de carga y los dos altos, cada cual con 22 pequeñas habitaciones provistas de candil, pero sin camas, con solo grandes esteras, eran las alcobas donde dormían envueltos en grandes capas los mercaderes. Del pilar central del patio manaba, por dos caños diferentes, agua del río Darro que llegaba por la acequia de Romayla, y agua del río Genil, que llegaba a través de un ramal urbano de la acequia Gorda.



Los pisos se apoyan sobre pilares de piedra en el piso bajo, y de ladrillo en los pisos altos, con zapatas de madera, muy similares a las que tuvo el Maristán. Todo el edificio estaba exento de ventanas para evitar que se pudiera robar la mercancía, y a su cargo estaba el alhondiguero (fundeqayr), que vivía en las habitaciones sitas sobre la puerta controlando la entrada y salida de mercancías. Su única puerta se cerraba herméticamente a la puesta del sol sin que los mercaderes pudieran salir hasta el amanecer. Poco antes de la salida del sol se les avisaba para que reunieran sus propiedades y animales, abriendo después las puertas, evitando así que alguien pudiera llevarse lo que no era suyo.



- Casa Horno de Oro

Se encuentra situada en el callejón del Horno del Oro, en el barrio de Axares, calle que baja desde la de San Juan de los Reyes hasta el Paseo de los Tristes. Su entrada principal, morisca con arco de ladrillo con lazos, no se usa hoy en día, accediéndose a la casa por otra más moderna situada algo más abajo. Todo el edificio gira en torno a un patio cuadrilongo centrado por una pequeña alberca y enmarcado en sus laterales norte y sur por dos pórticos con columnas nazaríes tras los que se abren las habitaciones principales. La sala sur de la planta alta conserva en la entrada el arco original de yesería y las tacas en las jambas, así como la espléndida armadura de madera policromada que la cubre. Como en la mayor parte de casas musulmanas, todas sus habitaciones y ventanas están orientadas hacia el patio, elemento que centra la vida familiar e ilumina las estancias. Hacia el exterior, el edificio no tuvo en origen vanos, manteniéndose herméticamente cerrado preservando la intimidad familiar.

Desde el siglo XVI, el piso alto pasó a convertirse en la zona familiar principal donde se encontraban las estancias de las mujeres y de los niños. Para construir y sostener ese segundo piso se adintelaron los laterales largos del patio con pilastras de ladrillo. El lateral oriental superior recibió un corredor-galería abierto con balaustradas, pies derechos, zapatas de carácter gótico y armadura mudéjar, mientras que el lateral occidental se cerró con pesados arcos góticos de ladrillo.




Fuente: https://www.alhambra-patronato.es/





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