CUEVA DEL OSO. TELLA (HUESCA, ESPAÑA)


Tella es un pueblo que ha mirado al abismo de la desaparición pudiendo fácilmente pasar a formar parte de la tan en moda "La España vacía" o "vaciada".



En cambio, se mantiene vivo a su escala, con una posada, un restaurante, un museo y decenas de actividades para hacer al aire libre rodeando a la comuna.



El museo del Oso es el inicio de la visita, donde el visitante intenta retroceder 25000 años para pensar en la época en la que existía el Oso de las cavernas. Después en coche y con guía se va a la cueva donde se encontraron restos de estos osos.


Camino de 15 minutos a pie hasta la cueva

Un entorno similar al paraiso

Antes de adentrarnos en el museo y la cueva, algo que llama poderosamente la atención es el marco que envuelve el pueblo de Tella: calles impolutas, casas reconstruidas guardando la estética tradicional, caminatas perfectamente señalizadas, una oferta de restauración dificil de creer por encontrarse en un lugar de tan difícil acceso. De hecho, la gastronomía parece que quiere hacerse un hueco en esta región cercana al parque nacional de Ordesa y Monte Perdido


Restaurante Lamiana


Con decenas restaurantes con menús fuera de lo normal, en algunos casos menus cerrados de degustación, de entre 17 y 27 euros, uno puede comer, por ejemplo, el mejor bocadillo de la historia en "La Capilleta", o tener vistas privilegiadas en "Lamiana", o disfrutar de los manjares en "Casa Anita", "Balcón del Pirineo", "Casa Falceto", "Casa Frauca" o ir a estrellas Michelin en "El callizo".




La combinación de paisaje, naturaleza, ejercicio físico y buena comida es algo que revitaliza el alma tras 5 días por la zona.



El museo

Volviendo al museo, el visitando puede leer testimonios que expresan la importancia del yacimiento encontrado:

"Cuando descubrimos los fósiles de los osos de las cavernas de Tella no salíamos de nuestro asombro. Los gigantescos osos que poblaron Europa durante el Pleistoceno, y fueron especialmente abundantes durante la ultima glaciación, ¡se habían refugiado en Huesca, en las cuevas del macizo de Monte Perdido!

Por la edad y los datos de otros yacimientos paleontológicos podemos pensar en Tella como uno de los últimos refugios hispanos para estos gigantes."



Oso de las cavernas

La especie Ursus spelaeus, literalmente oso de las cavernas, apareció hace 300.000 años en Europa y se extinguió hace unos 9.000 años. Coincidió con dos especies humanas: con el Homo neanderthalensis 120.00 años y con el Homo sapiens unos 20.000 años.



El hombre neandertal, especie también europea, apareció hace 150.000 años y desapareció hace unos 28.000 años.

Nuestro antepasado, el Homo sapiens, llegó a Europa desde África hace sólo 40.000 años y durante algo más de 10.000 años coexistió con el Hombre neandertal. Actualmente es la única especie humana. Usted es un Homo sapiens.



En Europa se han encontrado numerosas cuevas con huesos fósiles de osos de las cavernas, lugares donde encontraban la muerte en el letargo invernal. También se han hallado paredes acribilladas con sus zarpazos y huellas de sus garras impresas en la tierra arcillosa o caliza de la cueva.



Dado que la recolección (de vegetales) es marcadamente estacional en este continente, el carroñeo del oso cavernario sólo podía ser durante gran parte del año un complemento de la caza, la actividad principal era la recolección de frutos silvestres o raices. Con el cambio de clima y las glaciaciones, se dieron muchos días sin encontrar frutos, setas, bulbos o ralces, dificultando así la vida para el oso de las cavernas. 



Parece que el oso pardo, de menor tamaño, más ágil y más adaptado a recorrer largas distancias, va ocupando el espacio del oso de las cavernas, que acaba arrinconado en los lugares más altos e inhóspitos de la cordillera donde sus individuos y poblaciones están cada vez más aisladas unas de otras. 

El Homo sapiens empieza a extenderse por la cadena pirenaica, relegando a su vez a otra especie humana, los neandertales, que ocupan las cuevas de los osos de las cavernas como refugio o hábitat cada vez en mayor número. El oso de las cavernas tiene ya los días contados por culpa de esta glaciación.



Oso de las cavernas y oso pardo

El oso de las cavernas tenía una frente mucho más pronunciada y sus huesos maxilofaciales eran muy arqueados, seguramente para poder mover lateralmente la mandíbula al masticar los alimentos.



Poseía una gran cresta ósea en la parte posterior del cráneo, seguramente para poder fijar los músculos y tendones de una cabeza tan voluminosa.

El oso de las cavernas tenía más desarrolladas y potentes las garras delanteras, las cuales le permitirían excavar en busca de raíces y alimento. Las extremidades posteriores estaban menos desarrolladas, al contrario que sucede en el oso pardo.

El oso de las cavernas usaba las cuevas como hábitat, mientras que el oso pardo sólo las utiliza para hibernar.



El oso en Tella

El oso en Tella vivía en un paisaje muy parecido al actual pero con una mayor densidad de árboles y arbustos que le proporcionaban suficiente alimento para casi una tonelada de peso.



El oso de las cavernas convivió con animales que actualmente existen en el Pirineo, como el sarrio, la marmota y el quebrantahuesos. También con otros ya desaparecidos como el lobo y el bucardo.






El pasado enterrado

Los fósiles ofrecen los únicos datos concretos que tienen los paleontólogos para reconstruir la vida de los animales extinguidos.



Se estima que menos del uno por ciento de los animales que vivieron en la Tierra han sido preservados como fósiles. Para ser inmortalizado, el animal debe morir en lugares que proporcionen un rápido enterramiento del cadáver o unas condiciones especiales de preservación (hielo, ámbar, cuevas).




La excavación es un proceso ordenado de recuperación de la información contenida en los sedimentos.



En las fotos, el equipo de excavación de la Cueva de los Osos de Tella, dirigido por los investigadores Trinidad de Torres y José Ignacio Canudo y formado por estudiantes de ciencias geológicas de la Universidad de Zaragoza, de la Escuela de Ingenieros de Minas de Madrid y aficionados de la Asociación Paleontológica Aragonesa. Campaña 1996.




La cueva

A 1600 metros de altitud, en las puertas del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, y muy cerca de Tella, se encuentra el yacimiento de oso de las cavernas más alto de Europa occidental. Se trata de un espacio interpretativo donde se puede descubrir cómo vivió esta especie desaparecida hace 9.000 años en el ámbito pirenaico y cómo se han excavado sus restos en este yacimiento datado de hace 30.000 años.



El interior de la cueva descubre curiosas formaciones de estalactitas y estalagmitas propias de las formaciones calizas, con infinidad de formas y colores. Lugar de hibernación de estos grandes plantígrados que se extinguieron tras la última glaciación hace 20.000 años, la cueva mantiene aun enterrados millares de restos  de estos animales que superaban en tamaño al actual oso pardo, a pesar de alimentarse de raí­ces, bulbos y frutos del bosque. Más de 4.000 restos óseos, pertenecientes a 36 osos cavernarios, han sido encontrados en las diversas excavaciones realizadas hasta el momento.





A parte de ser covijo para el oso de las cavernas, para hibernar del oso pardo, o vivir del antepasado del hombre moderno, las cuevas tienen formaciones espectaculares. Estas formaciones se crearon partiendo de la disolución de las rocas calcáreas, que da lugar a un modelado kárstico en el que abundan formas de desarrollo vertical. Un ejemplo espectacular es la cueva Fuente de Escuaín, B15 en el argot espeleológico, que vence un desnivel de más de 1.100 m.





Comienza cuando al agua de la lluvia o de los barrancos capta CO₂ y penetra a través de pequeñas fracturas en la roca. El agua, ahora ácida, es capaz de disolver la roca dejando bolsas huecas que se van agrandando.




Fotos y redacción: D.S y N.V.

Fuente: Museo Cueva del Oso de Tella


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