"Y’a quelqu’un ?!" en l’Espace Alya, Festival de Avignon
Y’a quelqu’un ?!, presentada en l’Espace Alya durante el Festival de Avignon 2025, es la última creación de Hervé Langlois, fundador y director artístico de la Royal Clown Company, una compañía francesa establecida en 2002 que se dedica a la formación y producción de espectáculos centrados en el arte del clown. La compañía, reconocida en el ámbito teatral y certificada por QUALIOPI, cuenta con una trayectoria sólida, colaborando con figuras destacadas como Bruno Krief o Mario Gonzalez y ofreciendo formación en Francia, Bélgica, Suiza y Luxemburgo. Langlois, con experiencia junto a nombres como Ariane Mnouchkine, Alain Gautré y en cine con directores como Jean-Luc Godard, lleva al escenario esta propuesta en solitario, acompañada por el Théâtre de Belleville en París, donde también se han presentado otras obras de la compañía como Les Cabarets Clowns o Premières balles.
La premisa de Y’a quelqu’un ?! parece girar en torno a un clown triste que celebra su cumpleaños, un punto de partida que podría haber dado lugar a una narrativa emotiva y profunda. Sin embargo, el espectáculo resulta una decepción rotunda, especialmente considerando las altas expectativas generadas por el prestigio de la Royal Clown Company y la trayectoria de Langlois. La actuación carece de un hilo conductor claro, limitándose a una sucesión de acciones simplistas: tirar bolas por un tubo, jugar con juguetes o preparar una tarta. Estas payasadas, lejos de evocar la magia del clown, se sienten vacías, carentes de gracia y sin la gestualidad o expresividad que podrían conectar emocionalmente con el público.
En comparación con otros clowns tristes, como el aclamado Typhus Bronx, que logra crear un universo poético y conmovedor en un espacio cerrado con una interpretación cuidada y un decorado significativo, Langlois parece desanimado, casi apático. Su presencia en escena transmite una tristeza que no parece intencionada, sino más bien un reflejo de una falta de entusiasmo o convicción en lo que hace. A pesar de su evidente fortaleza física y su edad, que sugieren una carrera consolidada, no muestra la profesionalidad esperada en las tablas. La ausencia de un guion sólido, de una gesticulación que emocione o de un propósito claro hace que el espectáculo se sienta amateur, incluso tedioso.
El espacio de Alya, aunque íntimo y adecuado para propuestas minimalistas, no logra salvar la experiencia. La puesta en escena es básica, sin un decorado que enriquezca la narrativa o eleve la atmósfera. En resumen, Y’a quelqu’un ?! promete más de lo que entrega. La decepción es aún mayor considerando el prestigio de la compañía y la experiencia de Langlois, quien no logra transmitir ni la magia del clown ni la profundidad emocional que este arte puede ofrecer. El público sale con una sensación de vacío y una tristeza que, lamentablemente, no es la del clown triste bien ejecutado, sino la de una oportunidad perdida.
Opinión: 1/5
La premisa de Y’a quelqu’un ?! parece girar en torno a un clown triste que celebra su cumpleaños, un punto de partida que podría haber dado lugar a una narrativa emotiva y profunda. Sin embargo, el espectáculo resulta una decepción rotunda, especialmente considerando las altas expectativas generadas por el prestigio de la Royal Clown Company y la trayectoria de Langlois. La actuación carece de un hilo conductor claro, limitándose a una sucesión de acciones simplistas: tirar bolas por un tubo, jugar con juguetes o preparar una tarta. Estas payasadas, lejos de evocar la magia del clown, se sienten vacías, carentes de gracia y sin la gestualidad o expresividad que podrían conectar emocionalmente con el público.
En comparación con otros clowns tristes, como el aclamado Typhus Bronx, que logra crear un universo poético y conmovedor en un espacio cerrado con una interpretación cuidada y un decorado significativo, Langlois parece desanimado, casi apático. Su presencia en escena transmite una tristeza que no parece intencionada, sino más bien un reflejo de una falta de entusiasmo o convicción en lo que hace. A pesar de su evidente fortaleza física y su edad, que sugieren una carrera consolidada, no muestra la profesionalidad esperada en las tablas. La ausencia de un guion sólido, de una gesticulación que emocione o de un propósito claro hace que el espectáculo se sienta amateur, incluso tedioso.
El espacio de Alya, aunque íntimo y adecuado para propuestas minimalistas, no logra salvar la experiencia. La puesta en escena es básica, sin un decorado que enriquezca la narrativa o eleve la atmósfera. En resumen, Y’a quelqu’un ?! promete más de lo que entrega. La decepción es aún mayor considerando el prestigio de la compañía y la experiencia de Langlois, quien no logra transmitir ni la magia del clown ni la profundidad emocional que este arte puede ofrecer. El público sale con una sensación de vacío y una tristeza que, lamentablemente, no es la del clown triste bien ejecutado, sino la de una oportunidad perdida.
Opinión: 1/5